Flippingbook_2020_Cap 03

P a t o l o g í a s relacionadas a las proteínas Sarcopenia La pérdida de músculo esquelético a lo largo del tiempo comienza a una edad relativamente temprana, y continúa hasta el final de la vida. Desde los 20 a los 80 años, hay una reducción de la masa muscular de cerca del 30% y de aproximadamente un 20% en el área transversal; todo esto se debe a que disminuye tanto el tamaño como el número de las fibras musculares. Las fibras tipo II muestran una atrofia selectiva con el paso del tiempo, y el área de las fibras tipo I tiende a preservarse. La sarcopenia fue originalmente descrita como la pérdida de masa muscular asociada a la edad. Posteriormente, se ha descrito más específicamente como una depleción de masa muscular <-2 DE que resulta en una disminución en fuerza, tasa metabólica y capacidad aeróbica y, por lo tanto, en capacidad funcional. Algunos de los factores que han sido asociados con la sarcopenia incluyen una disminución en el nivel de actividad física, menores concentraciones de andrógenos, deficiencias nutricionales específicas (proteínas de la dieta y vitamina D), inflamación crónica y resistencia a la insulina, entre otros. Cabe destacar que la caquexia también podría contribuir a la sarcopenia. Una buena nutrición, especialmente una ingesta adecuada de proteínas y de energía, puede limitar y tratar el deterioro de la masa muscular, fuerza y capacidades funcionales asociados a la edad. En ello radica la importancia de una ingesta adecuada de proteínas en adultos mayores con sarcopenia, en combinación con ejercicio de resistencia y aeróbico. Existen recomendaciones basados en la evidencia, que indican que en adultos mayores sanos su dieta debería aportar al menos 1,0 a 1,2 g/kg/día. En cambio, en adultos mayores desnutridos o en riesgo

que es necesario consumir proteínas diariamente. Los requerimientos proteicos dependen de la edad, estado fisiológico como embarazo y lactancia. Para los adultos sanos, el valor aceptado para el nivel seguro de ingesta de proteínas es de 0,83 g/kg/día en base a una proteína de buena calidad (alto valor biológico y de 100% de digestibilidad). Bajo condiciones de estrés agudo o crónico, como traumatismo, sepsis, cirugía mayor o grandes quemados, entre muchos otros ejemplos, el requerimiento proteico aumenta debido a un estado de hipercatabolismo en el que la degradación de proteína se incrementa y, es mayor incluso a la ingesta. Para conocer más acerca del balance nitrogenado, mirar el siguiente video: •

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